Como comentamos en nuestro blog, debemos aprovechar las bondades del clima que nos ofrecen la primavera y el verano. Para que nuestros mayores puedan disfrutar del aire libre y de la naturaleza.
Dependiendo del su grado de movilidad, podemos optar por muchas opciones y actividades en familia.
Hay familias que optan por “aparcar” a los abuelos en residencias, pero afortunadamente muchos disfrutáis de los abuelos y os acompañan en vuestra escapada veraniega. No debemos permitir que se queden en el apartamento mientras los demás se van a la playa o de excursión. Por supuesto que no pasa nada, pero si buscáis la forma en que os pueda acompañar, todos disfrutaréis conjuntamente de las actividades de la familia.
Tanto en los más pequeños como en los mayores, hay que estar atentos y protegerles del calor excesivo. Aquí van unos consejos que todos conocemos pero que no viene mal recordarlos:
- Vigilad que beban lo suficiente y estén siempre hidratados.
- Vigilar la dieta aumentado las raciones de fruta, verdura, zumos, batidos, etc.
- Eliminar el consumo de alcohol o bebidas excitantes (cafeína, etc.).
- La piel se vuelve muy delicada, por lo que debemos aplicar constantemente protección solar (Factor 50 o superior).
- Aumentar la protección siempre con gorras o sombreros.
- Evitar horas de más calor: entre las 12 y la 16h.
Prácticamente en todas las zonas costeras existen playas con accesos habilitados para mayores y sillas de ruedas. Incluso servicios especiales y gratuitos para acompañar a nuestros mayores dentro del agua. Informaros y veréis que todos podréis disfrutar de unos maravillosos días de playa.
Por supuesto no olvidar tener en cuenta las condiciones médicas, y vigilar tensión, azúcar, nivel de oxígeno, etc. que pueden variar en ambientes a nivel del mar o de montaña.
Y nuestra última y más importante recomendación: NUNCA DEJARLES SOLOS EN CASA.
Si no queréis recurrir a servicios especializados de acompañamiento, mantener contacto regular con ellos, pedir a algún familiar/amigo que los visite diariamente, etc.
Una llamada al día no hace daño. Al fin y al cabo, son nuestros padres y madres.