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9 recomendaciones para reducir los efectos del Alzheimer.

9 recomendaciones para reducir los efectos del Alzheimer
La prevención no es una garantía contra la aparición del Alzheimer, pero hay varias medidas que podemos adoptar para paliar los efectos en sus etapas iniciales o retrasar sus consecuencias por un significante período de tiempo, quizás años o décadas. Incluso estas acciones preventivas puede ayudar a nuestro sistema a auto-repararse o protegerse contra daños mayores. Esta enfermedad puede golpear a cualquiera y más duramente de lo que podemos imaginar. Según las estadísticas afecta a 1 de cada 5 mujeres, y a 1 de cada 10 hombres; siendo a partir de los 65 años cuando estos síntomas aparecen, ligados a demencia senil. Por el momento no se ha descubierto una cura contra el Alzheimer, pero estos consejos pueden ayudar a reducir sus efectos.
Conocer los síntomas del Alzheimer
Una temprana detección de la enfermedad es importantísimo para frenar su avance. Esta dolencia suele aparecer por pequeños daños en el cerebro que van incrementando con los años. Una reacción a tiempo evitará daños irreparables.
La resonancia magnética es la prueba que nos puede proporcionar una idea de los daños presentes y valorar el progreso de la dolencia.
Los síntomas externos que son percibidos por el entorno del enfermo suelen ser:
Pérdida de la memoria a corto plazo.
No ser conscientes de dónde están (p.e. no reconocen si están o no en casa).
Olvidarse de la identidad de familiares y personas conocidas; incluso hablar en tercera persona de sí mismos.
Desorientación en las labores del hogar y de higiene (p.e. colocar platos limpios en frigorífico, dejar fuego encendido, no asearse adecuadamente, etc).
Desorientación espacial, no llegando reconocer su vivienda habitual o datos básicos.
Negar y no aceptar que están equivocados, llegando a episodios de ira o violentos.
Factores que contribuyen al desarrollo de la enfermedad.
Diabetes.
Alta presión sanguínea.
Colesterol.
Tabaco. Los fumadores habituales tienen un 59% más de probabilidades de generar la enfermedad.
Otra de las causas más comunes son los Ataques Isquémico Transitorios (TIA). Estas pequeñas faltas de riego sanguíneo producen micro daños cerebrales que no pueden ser detectados por una resonancia magnética.
Hábitos para ayudar a reducir los efectos y frenar su aparición.
Para ayudar a evitarlos podemos seguir unos consejos muy sencillos:
Eliminar en lo posible el abuso de medicación no necesaria.
Incrementar la actividad física. Dando mayor importancia a los ejercicios anaeróbicos (sesiones cortas e intensas), y combinarlos con sesiones aeróbicas: correr, nadar, bicicleta, etc.
Mantener una mente activa. Fomentar la lectura, juegos de intelecto, matemáticos, de memoria, etc.
Adoptar la dieta mediterránea y eliminar comidas procesadas o con exceso de grasa.
Incrementar el consumo de vitaminas C y B9.
Incrementar la ingesta de alimentos que nos proporcionen ácido fólico y Omega 3.
Suplemento de coenzima Q10 para aumentar el nivel de energía.

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